Tener un barco es la ilusión de cada vez más personas. Pasar las vacaciones navegando con la familia o tener una embarcación para salir a navegar con los amigos o la pareja son actividades más demandadas que nunca. Por ello, cada vez se crean más fórmulas para que las personas puedan acceder más fácilmente a este tipo de bienes, cuyo precio suele ser elevado.
De esta manera, cada vez existen más tipos de créditos náuticos que ofrecen gran variedad de posibilidades o la fórmula del leasing náutico, que cada vez está más extendida entre aquellos amantes del mar y de los barcos.
¿Qué es el leasing náutico?
El leasing es un contrato de alquiler a largo plazo con opción de compra final. Para ello, será necesario firmar un contrato de leasing, en el que se estipulará que, al acabar el tiempo acordado, nos convertiremos en los dueños finales del barco ejercitando la opción de compra.
Normalmente, este tipo de contratos se extiende entre los 4 y 15 años y permite racionalizar y obtener ventajas muy competitivas en la compra de una embarcación de recreo.
Funcionamiento del leasing de barcos
Para llevar a cabo este proceso, una empresa financiera, un banco, compra el barco que desea adquirir el arrendatario (comprador). Debido a que el barco ha sido adquirido por el banco para dicho arrendatario (comprador), es la empresa la que crea un contrato de alquiler con una duración determinada pactada entre las dos partes.
Al finalizar este contrato, se hace efectiva la «opción a compra», según la cual el arrendatario se convertirá, finalmente, en el propietario de la embarcación, al realizar el ejercicio de su opción de compra. Se trata de un arrendamiento financiero, en el cual el comprador se evitará la financiación del IVA, debido a que los alquileres se devengan, cuota a cuota, desde el principio.
Dicha opción de compra se ejercita con valor residual y, cuando esto se lleve a cabo, el arrendatario pasará a ser el propietario y titular final del barco.
Ventajas del leasing
El leasing náutico ofrece varias ventajas a quien elige esta modalidad a la hora de adquirir una embarcación. La primera es que, al escoger este tipo de «alquiler», el arrendatario será el único usufructuario de la embarcación. Es decir, no tendremos que alquilar un barco que, días antes, ha sido utilizado por otras personas.
De esta manera, el arrendatario tendrá la seguridad de que ninguna otra persona podrá deteriorar su embarcación. Además, los contratos de leasing ofrecen una larga duración, por lo que las cuotas a pagar son más flexibles y racionales.
También ofrece ventajas financieras, como un importe de alquiler más reducido, además de una mayor flexibilidad. En el leasing, es el comprador quien decide qué entrada dar y cuántos años de duración tendrá el contrato e, incluso, le será posible modificar el importe de las cuotas y la duración establecida inicialmente.
En cuanto a la fiscalidad, se podrá beneficiar de un IVA reducido en función de la zona de navegación y categoría de diseño de la embarcación adquirida.
Otra ventaja es el hecho de que el interés en las financiaciones de leasing náutico tiene un interés fijo, sin variaciones, lo que permitirá que el comprador sepa cuál será la cuota exacta a pagar y esta no aumentará ni disminuirá durante el tiempo de contrato.
Es posible, además, que el arrendatario pueda subrogar el contrato de leasing a terceros y cancelar anticipadamente el contrato.
Conclusión
Así, podemos deducir que, si lo que buscamos es disfrutar de una embarcación de recreo, el leasing náutico le ofrecerá ventajas considerables en el uso y disfrute de su barco.
Si alguien sueña con tener una embarcación con la que navegar en compañía de amigos, familia o pareja, no debe renunciar a ello sin antes informarse sobre las ventajas que le ofrece el leasing náutico.
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