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El leasing náutico y otras formas de financiar un barco

La adquisición de una embarcación es una inversión importante desde el punto de vista cuantitativo. De ahí que sean importantes las formas de financiación para afrontar el pago. La hipoteca náutica es un método tradicional para la adquisición de embarcaciones. El crédito náutico está especialmente enfocado a particulares que compren barcos usados o de ocasión y empresas de alquiler o charter. El leasing náutico es una opción que se ha consolidado en los últimos años con notable éxito para financiación de embarcaciones nuevas a particulares principalmente.

En este artículo vamos a hacer un análisis de las distintas opciones de financiación de los barcos e hincapié en las de reciente implantación alentadas por los Gobiernos, ya que sirven para facilitar las operaciones.

Financiar un barco
Aunque sabemos que es obvio, para adquirir un barco se necesita un cierto poder adquisitivo; y, por supuesto, los precios van a variar enormemente, dependiendo de la eslora de la embarcación a adquirir, si se trata de un yate a vela o a motor, de un barco nuevo o de ocasión principalmente.

En el caso de los barcos de recreo, un modelo con una medida de 10 metros de eslora y usado puede conseguirse a partir de 100.000 euros, aunque conviene consultar una serie de elementos legales. En este artículo, nos vamos a centrar en las distintas modalidades para este tipo de embarcaciones;

A la hora de adquirir las embarcaciones vamos a poder optar por tres métodos de financiación: la hipoteca náutica, el crédito náutico o el leasing de barcos. Vamos a explicar con más detalle las características de cada uno, las ventajas y los inconvenientes.

Hipoteca náutica
La hipoteca náutica es un sistema de financiación que reproduce el esquema de las hipotecas para la vivienda o la compra de un local. Antes de que la compra de embarcaciones se ampliase, por la aparición de un público con alto poder adquisitivo y la extensión del comercio internacional, estas operaciones se consideraban de alto riesgo.

La mecánica de este sistema de financiación de barcos es sencilla, dado que el comprador ofrece una garantía a la entidad financiera en caso de impago del préstamo; y esta, a cambio, cede una cantidad fija para realizar la operación. En el caso de que el comprador no responda, la entidad ejecutaría la hipoteca sobre el bien, que puede ser el barco o cualquier otra propiedad que se haya acordado.

Esta línea de financiación se utiliza principalmente para embarcaciones comerciales y de pesca y trabajo. La principal ventaja es que, como hay una garantía, los intereses de devolución son más bajos que en otras fórmulas, aunque los costes de formalización y registro son mucho mayores.

Crédito náutico
Los créditos náuticos, en realidad, se diferencian poco de determinados préstamos personales sujetos a la financiación de un bien determinado. La mecánica consiste en que se pide el dinero a la entidad financiera para adquirir una embarcación (normalmente, de recreo) y esta lo concede para esta operación en consideración de la garantía personal del acreditado principalmente.

La principal ventaja de este sistema está en los costes, puesto que no es necesario duplicar los gastos en peritos y notarios; y, además, el tipo de interés que se paga es fijo, aunque algo mayor que en una hipoteca. Evidentemente, el principal usuario de este tipo de producto es el comprador de embarcaciones de recreo nuevas para el uso del alquiler o chárter y particulares para la compra de embarcaciones de ocasión (usadas).

Como los riesgos para el comprador se reducen, este tipo de operación cuenta con un número creciente de clientes que desean adquirir una embarcación. En especial, de empresas náuticas o de alquiler y charter. Las perspectivas a medio plazo implican que esta forma de financiación se siga extendiendo, por la creciente competencia en el sector.

Leasing náutico
Este modelo tiene cada vez más clientes tanto entre el comprador particular como para las náuticas, en especial, por la fiscalidad ventajosa que ofrece. Las entidades financieras también están especialmente interesadas en este tipo de contratos y los suelen ofrecer por defecto cuando localizan un perfil de cliente que coincida con estos criterios.

El leasing de barcos consiste, en esencia, en que una empresa adquiere un barco que es alquilado al cliente final durante un periodo de tiempo determinado (normalmente, entre 4 y 15 años). Lo normal es que, cuando finalice el alquiler, el usuario de la embarcación pueda comprarla, al igual que se hace con los vehículos o la maquinaria industrial, ejercitando el valor residual de la misma que ya queda pre-establecido en origen a la firma del contrato.

Conclusión
Para evitar problemas en la adquisición de una embarcación, es especialmente recomendable contar con el concurso de un asesor financiero especializado en embarcaciones, tanto profesionales como de recreo. Existen fórmulas de financiación específicas para las embarcaciones y conocerlas es imprescindible para ahorrar tiempo, dinero y estar bien asesorado. En los últimos años, las posibilidades se han multiplicado para los compradores.

Por lo tanto, para conseguir las mejores condiciones cuando se compra un barco, aconsejamos contactar con una consultoría financiera que pueda dar respuestas profesionales en esta materia y aportarle el asesoramiento pertinente para las operaciones que precise realizar.

Si está pensando adquirir una embarcación y necesita asesoramiento en su financiación póngase en contacto con SYSFINANCE, que le ayudará a seleccionar la opción financiera más adecuada a sus circunstancias y posibilidades.